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¿Por qué introducir flexibilidad puede ser la decisión más inteligente para su negocio?

This article was translated from English and you can find the original version here. It was written by Suzanne Lucas from Evil HR Lady.


Businessman_working_from_homePiensa en tu trabajo ideal. ¿Supone levantarse al amanecer, no tener apenas tiempo para almorzar y regresar a casa al anochecer, incluso en verano? Por supuesto que no. El trabajo ideal permite tener tiempo para la familia y los amigos al tiempo que está razonablemente remunerado y se desarrolla en un ambiente de trabajo estimulante.

Los jefes buscan un empleado ideal. Puede que piensen que este es alguien que llega pronto al trabajo, se va tarde y no se toma descansos pero eso lleva al desastre. Un empleado así acabará quemado rápidamente. Por lo tanto, mientras que existe la idea de que alguien que no hace más que trabajar es ideal, la realidad nos muestra que un empleado equilibrado será productivo durante mucho tiempo.

¿Cómo se consigue ese empleado equilibrado?

Hay que ofrecerle la oportunidad de que consiga dicho equilibrio. Hay que propiciar una atmósfera que le ayude a alcanzar el equilibrio en su vida.

Sí, es posible conseguir este tipo de empleado equilibrado permitiendo horarios flexibles y la posibilidad de trabajar a distancia.

¿Qué es un horario flexible?

Tradicionalmente, los trabajadores comienzan su jornada laboral a la misma hora, fichan y trabajan las horas convenidas. En la actual economía del conocimiento todo eso ya carece de sentido. Está claro que si se trata de una fábrica o de una tienda de ultramarinos, se necesitan trabajadores con horarios fijos porque no puedes abrir la tienda si no hay alguien que haga funcionar la maquinaria o que controle las cajas registradoras.

Pero si se trata de trabajadores del conocimiento – gente creativa o que trabaja con un ordenador- estos estrictos horarios no son necesarios. ¿Importa realmente si tu director de marketing llega al trabajo a las 8:00 o a las 9:00? Claro que no. ¿Es relevante si se toma dos horas libres en mitad de la jornada?

Lo que hay que preguntarse realmente es si está haciendo bien su trabajo. Si la respuesta es sí, hay que dejar que trabaje del modo que mejor le conviene. ¿Llegar tarde y marcharse tarde? Estupendo. ¿Llegar temprano y marcharse temprano? Estupendo también. ¿Llegar temprano, tomarse 3 horas libres en mitad de la jornada y regresar al trabajo? También estupendo. La clave está en que el trabajo se haga y se haga bien.

Naturalmente, hay momentos en las que las personas necesitan trabajar juntas. Un modo de afrontar este caso es establecer horas de trabajo comunes. Todos han de estar en la oficina de 10:00 a 2:00, por ejemplo. Pero por lo demás, los empleados pueden ir y venir como mejor les convenga. Otra opción sería que los martes se trabajase en la oficina de 9:00 a 5:00. Lo que funcione mejor para el negocio y para cada departamento. No tiene por qué ser igual para todos los departamentos.

A los empleados les encanta este tipo de horario. Permite tanto a los más madrugadores como a los trasnochadores trabajar cuando se encuentran en su momento más productivo. Por lo tanto, ¿por qué esta idea no convence a todos los directores? Bien, porque dirigir a los empleados con horarios flexibles es más complicado que dirigirlos si tienen horarios fijos.

Un elevado número de directores, ya sea involuntariamente o a sabiendas, gestionan a los empleados según el número de horas que trabajan, en vez de según el trabajo que realizan. Es muy fácil ver que Jane está siempre en su mesa a las 8:00, nunca se toma más de 30 minutos para almorzar y se marcha puntualmente a las 5:30.¡Debe de ser una empleada excelente! Puede que sí y puede que no. Dirigir a personas responsables de gestionar su propio horario significa que debes evaluar el producto de su trabajo en sí. Así es como todos deberían gestionar a sus equipos humanos pero un gran número de directores dan más importancia a la presencia física en la oficina que a la calidad del trabajo. Claro, conlleva prestar más atención, realizar más comentarios y ser más consciente de lo que sucede alrededor. Es complicado. Complicado pero merece la pena.

¿Y el trabajo a distancia?

El trabajo a distancia es extremadamente popular y gracias al tan bien conectado mundo actual un gran número de trabajos no tienen por qué hacerse en una oficina. Ni tan siquiera han de hacerse en la misma ciudad o el mismo país. (Aunque debido a cuestiones legales e impositivos puede ser recomendable que todos los empleados trabajen en el mismo país.)

Las personas que trabajan a distancia disfrutan de algo que los empleados que trabajan en la oficina no consiguen, tiempo extra durante el día. No tienen que desplazarse a la oficina. No han de tomarse un día de sus vacaciones cuando esperan la llegada de un técnico para reparar la lavadora o de un pintor que viene a pintar un dormitorio. Tampoco han de pasar el fin de semana haciendo la colada. Es bastante fácil poner la lavadora de vez en cuando sin interrumpir el ritmo de trabajo.

Todo esto hace la vida de los empleados mucho más fácil. ¿Y el equilibrio? Cuando puedes pasar el fin de semana haciendo algo diferente a hacer la colada y pasar tus días de vacaciones en el sur de Francia en vez de esperar al técnico de la lavadora, tu vida está equilibrada.

El trabajo a distancia, sin embargo, no es adecuado para cualquier persona o cualquier puesto de trabajo. Algunos puestos requieren un alto nivel de interacción entre los colaboradores. Algunas personas no trabajan bien solas. Otras no cuentan con un lugar apropiado en casa en el que puedan trabajar. Pero el hecho de que sea inadecuado para algunas personas y algunos trabajos no quiere decir que no funcione para nadie.

Del mismo modo que los horarios flexibles, gestionar al trabajador a distancia puede ser más difícil que dirigir a la persona que se sienta junto a ti. Has de confiar en ellos o instalar programas especiales en sus ordenadores pero de un modo u otro al final del día has de emitir tus juicios basándote en el resultado del trabajo.

Uno de los mejores modos de gestionar una situación de trabajo a distancia es que los empleados trabajen a distancia parcialmente – tres días en la oficina, dos en casa, por ejemplo. Así se consiguen muchos de los beneficios del trabajo a distancia y muchos de los beneficios de trabajar juntos en equipo.

Si se proporciona a los empleados la flexibilidad que reclaman, serán más productivos en el trabajo y el resultado final será un mejor producto. Los trabajadores estarán más felices y equilibrados. Todo ello requiere un importante cambio de actitud – no se trata simplemente del tiempo que pasan sentados en sus puestos de trabajo, se trata de su rendimiento. Pero a pesar de los retos, esto puede suponer una diferencia preciosa en su negocio.

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